Dicen por ahí, que si no puedes contra el enemigo, ¡te le unas! y justo eso es lo que hacemos con el clima lluvioso, más londinense de lo que a muchos nos gustaría, pero es lo que hay y la verdad es que también hay que saberse adaptar a los cambios de la vida y una buena acción para lograrlo, pues es precisamente comer algo que nos reconforte.
Por eso hoy queremos decirte cómo es que puedes preparar nada más y nada menos que una infusión frutal, pero no cualquiera, sino una poco común: La de fresa, que también puedes preparar sobre todo si tienes algunas ahí congeladas. Sólo hay que descongelarlas para que estén disponibles y seguir las indicaciones para lograrlo.
Las fresas o frutilla en España son uno de los frutos rojos más económicos que podemos encontrar en el mercado y aunque su temporada ya está pasando, todavía las puedes encontrar a buen precio y si fuiste una persona precavida y las congelaste, pues ¿qué mejor momento que ahora para descongelarlas y usarlas para hacer una infusión?
Beneficios de la infusión de fresa
Lo creas o no, la infusión de fresa brilla con luz propia y tiene diversos beneficios, como ayudarte a fortalecer el sistema inmunológico gracias a los antioxidantes que contiene, los cuales facilitan la absorción de minerales como el hierro, el cual es clave para prevenir la anemia. Además, gracias a esto se logra una mejor oxigenación de la sangre.
También, la infusión de fresa mejora nuestro sistema nervioso, gracias a que promueve un saludable flujo sanguíneo y gracias al potasio que contiene mejora la actividad cognitiva favoreciendo la retención de información y el aprendizaje.
Té de fresa para mejorar la digestión
Del lado digestivo, también hay un buen aprovechamiento, ya que los componentes ubicados en las hojas de fresa ayudan a equilibrar los ácidos en la digestión de alimentos, además ayudan a reducir los padecimientos estomacales, como el dolor abdominal, náuseas, hinchazón y reflujo.
Ahora que ya sabes todo esto, tal vez te quieras poner ¡manos a la obra!