La unión del tequila con la coctelería generan grandes experiencias

México es conocido internacionalmente por su amplia gastronomía picante, pueblos mágicos, playas cristalinas, y la cultura vibrante que envuelve a cada estado. Dentro de esto, el tequila no puede quedar fuera, ya que es un gran representante del país a nivel mundial.

Para eventos como las fiestas patrias o hasta el Día de Muertos, este destilado es un must en la casa mexicana. Para disfrutarlo y hacerle honor al resultado del agave, hay que beberlo en más que solo shots para “enfiestar”, es una bebida rica en color, cuerpo, aromas y sabores. Ya que existen diferentes estilos de tequila, tiempos, y procesos que varían por marca y estilo.

Debes saber que un tequila, es aquel destilado que esté elaborado en un estado con Denominación de Origen: Jalisco, Nayarit, Tamaulipas, Michoacán y Guanajuato. Aunque siendo sinceros, el más conocido es Jalisco, ya que en él está el poblado de Tequila, lugar de nacimiento para grandes marcas tequileras. Una de ellas es Tequila Mi Campo, que busca y encuentra la expresión moderna de esta bebida y lo incluye en la coctelería con sabores equilibrados para expresar nuevas ideas y tradiciones a través de este.

La forma en que vivimos, es una combinación de tradiciones con diferentes ideologías y formas de pensar. El inicio es de donde venimos y de ahí parte lo demás, nunca existirá una limitante. Esto es parte de la filosofía de Mi Campo, y lo demuestra siendo un tequila añejado en barricas que fueron previamente de vino. El blanco pasando tres semanas en barricas de Chardonnay, y el reposado por tres meses en una de Cabernet Sauvignon y Pinot Noir, este proceso culmina en una versión suave y refinada del tequila clásico.

Aquí, el tequila deja el tradicional caballito y entra a un vaso preparado con ingredientes sencillos y frescos, que se mezclan para la creación de un cóctel perfecto que se disfruta en una tarde con amigos o familiares, donde la plática divertida con música de fondo son protagonistas. Esto solo lo hace alguien que reta lo establecido, que va más allá de una margarita o tequila derecho.

Con Tequila Mi Campo, se empieza una nueva tradición.