¿Cómo nació la michelada?, te contamos la peculiar historia mexicana

Este próximo 6 de agosto se celebrará el Día Internacional de la Cerveza, este festejo se lleva a cabo cada primer viernes de agosto y sirve para celebrar a esta bebida, a los productores de la misma y a todas las personas relacionadas con el servicio de la misma, que mejor que hacerlo con una deliciosa michelada en mano, una de las tantas versiones que existen para preparar la cerveza.

La michelada es una combinación de salsas, condimentos y jugos que acompañan a la cerveza y que la vuelven toda una bomba de sabor, pero, ¿sabes de donde salió esta típica mezcla? La michelada nació en México y aunque es una bebida relativamente joven pues no lleva muchos años entre nosotros, la historia detrás de su creación si esta envuelta en misterio justo como pasa con las bebidas tradicionales.

El origen de la michelada es un poco incierto pues no hay nada documentado oficialmente acerca del nacimiento de esta bebida, de acuerdo a las versiones populares, existen dos grandes historias que podrían ser la fuente de esta bebida a base de cerveza, una de ellas es mucho más pintoresca que la otra y tiene lugar en San Luis Potosí, específicamente en el Club Deportivo Potosino.

Según se cuenta, un miembro del club mencionado, llamado Michel Esper, tenía por costumbre pedir durante su estancia una cerveza aderezada con limón, sal y hielo, esta se servía en una copa especial llamada chabela, con el paso del tiempo la bebida se volvió popular en el club y después en la ciudad, llegando con el tiempo al resto de México y creando variaciones con salsas y condimentos, el nombre viene de la mezcla de "Michel" y "Chabela".

La otra versión de la historia dicta que México adoptó la costumbre estadounidense de tomar cerveza con hielo y con el paso del tiempo fue haciendo su propia versión con condimentos y salsas, en Estados Unidos se solía pedir la cerveza helada como "chilled beer", sin embargo en el país el lenguaje fue deformando la forma en la que se pedía la cerveza hasta llegar al clásico "mi chela helada" dando paso a lo que conocemos como michelada.