Ninguna celebración en México está completa sin unos caballitos de tequila de por medio. No cabe duda de que su sabor y notas frutales representan buena parte de nuestra identidad e historia culinaria pero, ¿realmente conocemos todo lo que hay detrás de esta bebida? 

El tequila es tan importante en México que existen más de 200 variedades de Agave, una planta que requiere entre 5 y 8 años para alcanzar sus máximas concentraciones de azúcar y de las cuales han surgido diferentes bebidas o preparaciones cuyas recetas han pasado de generación en generación desde tiempos remotos.

Elaborada a partir de la fermentación y destilación de azúcares de Agave Tequilana Weber variedad azul, es servida posteriormente en los ya conocidos caballitos de tequila que de uno a uno van desfilando en cualquier encuentro o reunión para brindar. 

Esta es la historia del 'caballito' de tequila

¿Nunca te has preguntado por qué estos pequeños vasos se llaman de tal manera? Aunque no tengan una forma o tamaño que haga justicia a ese nombre, te aseguramos que hay una explicación bastante lógica al respecto. En el siglo XIX los hacendados agaveros daban paseos por sus terrenos para corroborar que todo estuviera bien y esto lo hacían montando a caballo y con dos utensilios indispensables.

Siempre portaban dos guajes o bush- que es como se conoce también a estos pequeños vasos- en uno servían agua para refrescarse y en el otro tequila para disfrutar el camino. Es por ello que cuando les preguntaba la razón de portar estos recipientes, ellos respondían que era "P'al tequila en el caballito".

Eso sí, los vasos que hoy conocemos no siempre han sido los mismos; por ejemplo, la Academia Mexicana del Tequila A.C. ha señalado que algunos de estos hacendados tenían la costumbre de llevar colgado en su cuello un cuerno bovino recortado y ahuecado, el cual utilizaban para beber el tequila de un solo golpe. 

Ahora conocemos un modelo tan icónico que se usa como referencia para una medida exacta de alcohol en una cóctel en varios países y que no puede faltar en nuestros festejos. ¡Salud!