Ingredientes

¡Tómalo en cuenta! Diferencias entre los tés, infusiones y tisanas

Lo primero que debemos saber es que el té proviene de la planta camellia sinensis, y sólo lo que se produce con esta especie botánica originaria de China puede considerarse té
sábado, 12 de junio de 2021 · 15:00

Lo primero que debemos saber es que el té proviene de la planta camellia sinensis, y sólo lo que se produce con esta especie botánica originaria de China puede considerarse té. 

De la camellia sinensis se desprenden seis categorías, de las que, eso sí, hay miles de variedades y son: negro, blanco, verde (más de 22 mil tipos), oolong, pu erh o té rojo y amarillo. 

Pero, entonces dónde queda la manzanilla o la tila, bueno pues en realidad esos llamados tés, en realidad, son infusiones y éstas se pueden hacer con hojas, frutos y flores. 

La clave para hacer una infusión perfecta está en utilizar agua muy caliente, pero, ojo que no haya llegado al punto de ebullición y sólo se debe dejar reposar máximo cuatro minutos, para que el sabor no se torne amargo. 

Las infusiones pueden tomarse frías o calientes y acompañadas de leche. Y las más populares son: manzanilla, tila, hierbabuena, valeriana y anís. 

Ahora, las tisanas, se caracterizan por ser bebidas con propiedades medicinales y las hojas con las que se preparan, a diferencia de las infusiones, si se dejan hervir durante unos minutos, para que los activos de la planta interactúen. 

Y por lo regular tiene propiedades antiinflamatorias, antibacterianas, regulan el apetito y ayuda a prevenir el envejecimiento celular. 

De China para el mundo 

El té tuvo su origen en el suroeste de China. Fue descubierta en el año 2 mil 737 a.C., por el emperador Shen Nung, quien obligaba a sus sirvientes a hervir todos los días el agua que consumía para evitar enfermedades.  

Se dice que, en una ocasión, cuando se encontraba descansando debajo de un árbol, que no era otro que una camellia sinensis, por cuestiones del viento cayeron algunas hojas a su agua y así descubrió las bondades de esta preparación.  

Sin embargo, pasaron casi cuatro mil años para que esta planta fuera reconocida en occidente.