Bebidas

¿En la mañana o en la tarde? Aprende a tomar cada tipo de té en la hora indicada

No es lo mismo tomar té por la mañana recién levantado que hacerlo antes de ir a la cama
miércoles, 5 de agosto de 2020 · 19:17

No se toma cualquier a cualquier hora. Sería una lástima no combinar los buenos momentos con los buenos tés, sobre todo teniendo en cuenta que en el transcurso de un día no somos receptivos a los sabores y los buqués de la misma manera. Por eso vamos a diferencia aquellos tés de desayuno, de la mañana, de la tarde y cómo no de la noche, cuando ya comenzamos a frenar y a ir introduciendo el cuerpo en el estado de descanso que culminará con ir a la cama a dormir. 

 

Los tés del desayuno:

Elegir los tés muy fuertes en cafeína, consistentes y bastante tánicos para empezar el día con buen pie. Piensa que los tés negros indios: Nilgiri, Darjeling First y Second Flush, Assam, Douchka, English Breakfast, Earl Grey, etc... Los aficionados añadirán un poco de azúcar o de leche, los puristas lo degustarán sólo.

Los tés de la mañana:

Por la mañana no hay nada más agradable que degustar de 1 a tres tazas de buen té mientras se trabaja. A esas horas del día, cuando las papilas gustativas están particularmente despiertas y los sentidos más atentos, busca los tés refinados, ya que podrá apreciar mejor sus cualidades. Una sugerencia es alternar Pu Erh (añejo si es posible), tés Oolong y tés blancos chinos.

Los tés de la tarde:

De 2 a 6 de la tarde, deguste más bien tés aromáticos, potentes, para los cuales estará, sin duda, más receptivo. Puede comenzar quizá por un té japonés Sencha con notas yodadas y tostadas, continuar con un buen té al jazmín y proseguir su jornada con una Tarry Souchong de acentos ahumados y minerales.

Y llega el momento, de comenzar a preparar el cuerpo y la mente para el final del día....

Los tés de la noche:

Si te gusta tomarte una taza de té por la noche, pero eres sensible a la téina (o a la cafeína, que es lo mismo), hay cuatro opciones para disfrutar de tu bebida favorita:

1) Los tés sin teína: fácilmente los puedes encontrar en las tiendas especializadas y suelen ser deliciosos.

2) Reducir (no totalmente) la teína del té tú mismo: basta con sumergir el té unos 10 segundos en agua hirviendo. A continuación, desechar esta primera agua cargada de teína y luego preparar su infusión como de costumbre.

3) Consumir tés pobres en cafeína, como los tés Oolong: el Gyokuro japonés por ejemplo o el Lapsang Souchong. 

4) Consumir té Rooibos sin cafeína. Puedes escoger entre 2 o 3 variedades, aromatizadas o no, para alternar el placer que proporciona esta bebida.