Este 16 de agosto celebraremos el Día Internacional del Ron, una fecha que festeja esta bebida obtenida a partir de la destilación del jugo de caña de azúcar y que detrás de su historia esconde muchos sucesos y personajes interesantes. Probablemente desde hoy te estás preparando para degustar de esta deliciosa bebida pero, ¿qué sabemos sobre consumirla en ayunas?

Es bien sabido que el alcohol actúa como un sedante y que puede hacerte sentir más confiado o relajado, sin embargo, estos beneficios son de corta duración. Cuando bebemos alcohol hay una irrupción del balance de químicos y procesos del cerebro y es por eso que experimentas esas sensaciones, además el impacto del alcohol en el cerebro también influye en la inhibición, que es lo que provoca que te sientas en ambiente en esas reuniones y fiestas en las que un buen vaso de ron no falta.

Y aunque muchos argumentan que esta bebida, por sus propiedades antimicrobianas,ayuda a combatir el resfriado y que puede ser bueno para mantenerse alejado de las sensaciones de estrés y ansiedad, el ron, como cualquier otra bebida alcohólica, puede ser nocivo para la salud si no se toma en dosis moderadas o con el estómago vacío.

Efectos del alcohol en ayunas

Cuando se ingieren bebidas alcohólicas con el estómago vacío se consiguen efectos secundarios más rápidos e intensos. La desinhibición, alteración de los reflejos, mareos, la falta de coordinación de movimientos y una habla distorsionada son algunos de los que se intensificarán.

Según el Journal of Forensic Sciences, la mayor parte del alcohol se absorbe en el intestino delgado por lo que al ingerir alcohol con el estómago vacío hará que éste pase rápidamente al intestino, produciendo un pico elevado de concentración de esta sustancia en la sangre. Por el contrario, si se bebe con el estómago lleno, el alcohol se absorbe lentamente porque el vaciado gástrico tarda más en producirse, resultando menos tóxico. 

De hecho, según la Asociación Médica Británica si el estómago lleva aproximadamente 5 horas sin comer, el alcohol puede ser absorbido hasta 4 veces más rápido que después de haber comido.

Y por si todo esto fuera suficiente, te podemos asegurar que la “cruda” que podrías experimentar sería peor. Una investigación realizada por la Sociedad Americana para Pruebas y Materiales descubrió que las personas que bebieron alcohol en ayunas tardaron en promedio 2 horas más en metabolizarse que quienes habían desayunado.

Tal vez esto no parezca tan terrible, pero al examinar los efectos de estas dosis con connotaciones más fuertes a la larga podemos encontrar la posibilidad de desarrollar:

Deshidratación

Diabetes

Gastritis

Problemas de hígado y riñón