Entre todas las variedades, el se distingue por notas de olor frutales, limpias y profundas. La industria de esta bebida en un país como Cuba data ya de hace bastantes años y es que factores como un clima privilegiado, reservas añejas y la herencia transmitida ininterrumpidamente de generación en generación por las grandes casas roneras, se juntan con  los nuevos avances de la ciencia y tecnología para hacer de esta bebida una de las más reconocidas en el mundo.

Para cualquier buen degustador y amante de ella, entender el valor histórico y artesanal que esconde el ron cubano es imprescindible y para hacerlo es importante conocer todos los años de historia que hay detrás de él.

El  origen del ron

Para empezar, se sabe que el ron empezó a adquirir importancia como bebida y como industria cuando el explorador, Cristóbal Colón, introdujo al mundo la caña de azúcar en 1493. 

Después de ello, esta bebida se mencionó por primera vez en algunos documentos provenientes de Barbados que datan de 1650 en los que se denominaba "kill-devil" ('mata-diablo') o "rumbullion" ( 'un gran tumulto') a esta bebida, pero para 1667 pasó a denominarse sencillamente "rum”.

De la mano de esta bebida está también buena parte de la historia económica de los siglos XVII y XVIII, pues gracias a que el ron era exportado desde las Antillas hasta Europa, el negocio del tráfico de esclavos y de los indios de América del norte empezó a proliferar al mismo tiempo que lo hacía la demanda de esta bebida.

Gracias a su alta demanda en las colonias inglesas de nuestro continente, empezaron a crearse destilerías en zonas como Nueva Inglaterra y para 1763 ya habían alrededor de 150. El 80% de este producto se quedaba en estas colonias, mientras que el resto era llevado hasta África para ser intercambiado por marfil, oro o incluso más esclavos.

Cuba, una parada obligada para entender la historia 

La historia de la que podría ser la casa ronera más emblemática de Cuba y del mundo se remonta a 1878. En ese año José Arechabala abrió la destilería "La Vizcaya" en Cárdenas, Cuba.

Este inmigrante de 31 años de edad, era conocido por ser un hombre afable y de valor moral. Cuando llegó a Cárdenas, esta nueva ciudad empezaba una época de apogeo pues se acababa de introducir la llegada del ferrocarril, y tenía un puerto con bastante comercios. Gracias a esto, tan solo en 10 años la compañía de Arechabala ya había crecido tanto, que era capaz de seguir prosperando a pesar de haber sufrido una pérdida de miles de pesos a raíz de un terrible ciclón que azotó al municipio ese año.

Este legado continuó aún después de la muerte de su fundador y para 1934, se inauguró una nueva fábrica de la que nació el icónico Ron Havana Club. 

Para estas nuevas variedades se emplearon levaduras cultivadas para la fermentación y un añejado de alrededor de cuatro años. Actualmente existen símbolos de Cuba y esta historia esparcidos alrededor del mundo que, conforme transcurren los años, aumentan su prestigio. Aunque la industria de la Havana Club es la más popular, existen otras variedades que continúan con este legado cultural.