Rompope: Aprende a preparar este licor mientras conoces su historia

El rompope es una deliciosa bebida azucarada y envinada creada por la Monjas Clarisas en el siglo XVI en Puebla de los Ángeles, y que de acuerdo con algunas teorías, la inventaron con base en una bebida que los españoles llamaban “Rompón”, mezclando almendra y ron para darle un toque único que ganó gran reputación por el delicioso sabor que lograron durante la época virreinal.

Tras la Conquista, los frailes Franciscanos que llegaron a América para evangelizar a los indígenas en México establecieron diversos conventos, entre ellos, el Convento de Santa Clara, donde las monjas Clarisas se hicieron reconocidas no sólo por el rompope que preparaban, sino también por otras recetas culinarias que realizaban para deleitar a sus huéspedes, como el tradicional chile en nogada.

Después del éxito de esta bebida única, se cuenta que las monjas comenzaron a producirlo de forma comercial, por lo que algunos rompopes retoman la imagen de las monjas que preparaban esta deliciosa bebida y que puede ir bien en una copita como digestivo o como ingrediente para preparar diversos postres, como la gelatina, el pastel envinado o un dulce pudín. Aunque actualmente existe una gran variedad sabores del rompope como el de café, pistache, chocolate, cacahuate o piñón, el de vainilla es el sabor tradicional y va bien con otros platillos dulces, por lo que es la receta que te compartimos.

Tradicional rompope de vainilla

Ingredientes:

Un litro de leche entera

250 gramos de azúcar

Una cucharada de extracto de vainilla

Un tercio de cucharadita de clavo

Una ramita de canela

Un tercio de jengibre en polvo

Ocho yemas de huevo

120 mililitros de Ron

Pon una olla al fuego, sirve la leche con la mitad del azúcar, el clavo, la canela, el jengibre y la vainilla, de preferencia en vaina y abierta por la mitad a lo largo. Deja que hierva y baja a fuego lento sin dejar de mover y haciéndolo constantemente hasta que evaporen tres cuartas partes de la leche, luego retira la olla de fuego y tápala. En otro recipiente, bate las yemas con el azúcar restante hasta que estén a punto de listón, es decir, cuando las yemas caigan lentamente en forma de cinta o listón y vierte esta mezcla poco a poco en la leche sin dejar de batir.

Regresa la olla a fuego lento hasta que la mezcla se espese ligeramente y esté a 83 grados, los cuales podrás verificar con un termómetro de cocina insertado sin tocar el fondo de la olla. Cuela la mezcla y espera a que se enfríe, entonces añade el ron y sírvelo en una botella esterilizada, refrigéralo y tendrás listo tu rompope de vainilla para acompañar en una gelatina, para preparar algún postre o como digestivo.