La menta es una hierba aromática de gran difusión por su refrescante aroma, cuyo nombre mentha, proviene de la mitología griega Minta, quien fue amante de Hades, dios del inframundo, hasta que éste conoció a Démeter y la dejó. De acuerdo con el mito, Minta le dijo a la madre de Perséfone, Démeter, que Hades abandonaría a su hija para regresar con ella, por lo que en venganza habría sido tan lastimada que de sus restos, Hades creó la planta de la menta.
La planta es originaria de regiones mediterráneas, como Italia o la Provenza francesa, así como de Asia central, aunque uno de los principales productores en el mundo es Estados Unidos. Su éxito se debe a los múltiples usos que se le ha dado a esta planta, desde la producción de dulces para mejorar el aliento como chicles o pastillas, hasta la producción de dentríficos, infusiones o aderezos en la gastronomía.
El té de menta es una de las infusiones más utilizadas con fines nutricionales, ya que entre otras ventajas, están libres de cafeína, lo que lo hace una infusión ideal para personas con insomnio, ya que además tiene un efecto relajante, además combate enfermedades digestivas y respiratorias, pues tiene propiedades antiinflamatorias, expectorantes, antisépticas, analgésicas, antibacterianas o antitusivas.
Beneficios del té de menta
En sus hojas hay una cantidad moderada, pero necesaria de fibra, ideal para una dieta saludable; mientras que su contenido de betacaroteno, un componente antioxidante y fundamental para la producción de vitamina A, por lo que ayuda a luchar contra el envejecimiento; por otra parte, la menta contiene flavonoides, otro tipo de antioxidantes que disminuyen la acción de los radicales libres en el organismo.
Las hojas de menta son muy útiles para aliviar los trastornos digestivos, por lo que su té es ocupado como un remedio natural para reducir la inflamación abdominal provocada por gases y flatulencias, además de que combate la colitis o la enfermedad de Crohn; mientras que en su presentación de aceite esencial ayuda a mejorar el padecimiento del Síndrome del Intestino Irritable (SII). Su infusión también es un excelente digestivo y gracias a su efecto espasmódico evita los vómitos y los cólicos abdominales; aunado a esto, estimula el flujo de bilis, por lo que acelera el metabolismo y mejora la digestión.
Por otra parte, reduce el dolor asociado con calambres, distensión abdominal e indigestión debido a sus efectos calmantes sobre el intestino y los músculos lisos del tracto digestivo. Pero no todos sus beneficios están relacionados al sistema digestivo, pues también protegen al sistema respiratorio, ya que el mentol descongestiona las vías respiratorias y alivia trastornos como el asma o los resfriados comunes, mientras su efecto refrescante enfría y calma los canales respiratorios.
Sobre todo, la menta tiene propiedades antisépticas que combaten al mal aliento y favorece la salud bucal, ya que elimina las bacterias que originan el mal olor y previene enfermedades como las caries o la gingivitis. Asimismo, tiene una gran capacidad analgésica, por lo que resulta un remedio muy efectivo contra los dolores de cabeza y en especial las migrañas, además de que el aceite esencial de menta en las sienes y la frente reduce los síntomas como la intolerancia a la luz o al ruido y las náuseas.
Infusión de té de menta
Ingredientes:
1 puñado de hojas de menta fresca o 2 gramos de hojas de menta secas o 1 bolsita de té de menta
500 mililitros de agua
Pon una olla pequeña con agua a hervir y una vez que haya llegado a su punto de ebullición, coloca las hojas o la bolsita de té y deja reposar por 5 a 10 minutos para que se infusione el té. Recuerda que al servirlo debes dejar que se enfríe un poco, ya que el agua está muy caliente, puedes endulzar con miel o algún edulcorante o azúcar de tu gusta. También puedes dejar que se enfríe y servirlo frío con hielos para una vida refrescante.