Bebidas
¿Por qué no es bueno consumir alcohol con frecuencia? Conoce los daños
Según datos del Servicio Forense en México el 67.9% de las muertes en nuestro país están involucradas con el alcoholEl alcohol, en todas sus modalidades, representa algunas de las bebidas más demandadas y consumidas en todo el mundo. Gracias a su amplia gama de procesos de elaboración e ingredientes podemos disfrutar de todo un mundo de sabores y sensaciones al degustarlos, sin embargo, no todo sobre estas bebidas es positivo.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT), el consumo de alcohol en nuestro país comienza desde una edad temprana. La mayoría de los jóvenes inicia el consumo de alcohol a los 16 años, mientras que para los jóvenes de entre 18 y 29 años el consumo promedio es de 7.9 litros de alcohol.
El problema con esto radica en la fuerte relación que el consumo excesivo de estas bebidas tiene con los problemas de salud, ya que, según la OMS, está vinculado con más de 60 problemas de salud que van desde el síndrome fetal, hasta el cáncer. Esto es reforzado por Datos del Servicio Forense en México que demuestran que en el 67.9% de las muertes en nuestro país está involucrado el alcohol.
Alcohol y salud, ¿qué daños puede ocasionar esta bebida a tu organismo?
El alcohol es la droga que más impacto negativo tiene sobre el bienestar de las personas y en la sociedad en general. Conoce algunas de las consecuencias que puede ocasionar en tu cuerpo si lo consumes frecuentemente o de manera excesiva:
Problemas para la salud mental
El alcohol se caracteriza por deprimir el sistema nervioso central, lo que en un principio provoca como reacción inicial una estimulación y más adelante actuar como sedante. Sin embargo, a la larga y con un consumo frecuente puede desencadenar problemas como depresión y ansiedad.
En el caso del trastorno depresivo, éste es un síndrome del estado de ánimo que afecta al estado emocional, cognitivo, motivacional y psicomotor de la persona e influye en su relación con su entorno, pero el consumo excesivo de alcohol puede producir a la par un deterioro físico y psicológico cada vez mayor. Esto muchas veces genera como consecuencia problemas de salud, deterioro mental, descuido personal y reducción o abandono de relaciones sociales que agravan la depresión.
Daños cardiovasculares
El consumo mantenido y excesivo de esta sustancia puede dañar el corazón, ya que el alcohol es un tóxico para el músculo cardiaco, ocasionando que el corazón se debilite y se produzca una enfermedad denominada miocardiopatía dilatada (el corazón se dilata y disminuye la fuerza de "bombeo"), provocando síntomas de insuficiencia cardiaca.
También puede aumentar mucho la presión sanguínea llegando a provocar hipertensión.
Para el sistema digestivo
Aunque el consumo crónico de alcohol se asocia a lesiones de todo el tracto digestivo, predomina por su frecuencia y gravedad la lesión hepática alcohólica, en la que están implicadas las consecuencias de la oxidación hepática del alcohol y del acetaldehído, la deficiencia de antioxidantes y el estrés oxidativo.
También ubicamos otra afección de cuidado, la pancreatitis aguda. Una enfermedad que afecta al páncreas de una manera muy severa. En el caso del hígado, es un órgano que hace lo que puede, evoluciona agrandándose e intentando adaptarse y limpiando esta sobrecarga metabólica pero al final claudica; produce una hepatitis muy grave que termina en cirrosis y, por supuesto, en la muerte celular de los hepatocitos.
Otra lesión igual de frecuente pero menos grave es la esteatosis hepática.
Riesgo de desarrollar cáncer
Así es, beber alcohol aumenta el riesgo de tener ciertos tipos de cáncer. De hecho, consumir cualquier bebida alcohólica puede contribuir a desarrollar cánceres de boca y garganta, laringe, esófago, colon y recto, hígado y mama.
¿Por qué sucede esto? Cuando se bebe alcohol, el cuerpo lo convierte en una sustancia química llamada acetaldehído, el cual daña el ADN y no le permite al cuerpo reparar el daño. Esto resulta un problema pues es precisamente el ADN, el encargado del crecimiento y funcionamiento normal de ellas y sin él pueden comenzar a crecer sin control y formar un tumor canceroso.